Cuando comienza un nuevo año o llega la época veraniega suele ser un momento en el que me paro a reflexionar. Ha llegado el momento de adquirir un hábito saludable. Puede ser un hábito físico, como alimentarme mejor. Un hábito emocional, como no tomarme las cosas de forma personal . O un hábito mental como trabajar en una creencia muy arraigada.
A lo largo de estos años me he dado cuenta de unas herramientas que a mi me han funcionado y te las quiero compartir:
1.La mentalidad: el poder de mi pensamiento en mi vida es como el aire, como la comida y el agua que necesito. Para que algo se materialice primero y luego sea duradero en el tiempo, he de tener los pensamientos correctos.
Parece magia, pero lo que la mente cree, lo crea. Todo comienza en mi mente.
2.SRAA. Son las siglas del sistema reticular activador ascendente. ¿Y eso qué es? La primera vez que lo escuché me sonó a chino. Pues se trata de un conjunto de células neuronales que captan estímulos y sucesos de nuestro exterior. Pero no todos, sinó sólo los que son importantes para mí. Por ejemplo, cuando estaba embarazada de mi hijo, sólo veía mujeres embarazadas.
Es como si fuera un buscador de internet que en función de lo que estoy pensando, me lo trae de alguna manera hacia mí. ¿Es magia? No, simplemente se trata de poner atención. Si pienso en algo y le pongo mucha atención y además concuerda con algún pensamiento que ya en mi infancia que inculcaron, por repetición, se convierte en una creencia. Vamos, que una creencia está por repetición de patrón de pensamiento. Y eso para mí es como una Ley. Es así y punto. Y no me planteo nada más a no ser que me vuelva más consciente, como suele suceder con el tiempo y trabajo interior.
Por ejemplo, en relación con un hábito. Si quiero comer más verdura, pero mi pensamiento y mi atención me dicen que es insípida, que me aburre, que ya empezaré mañana y que hoy me como el helado que tanto me merezco, lo voy postergando. Y este hecho, perpetúa el hecho de que sigo pensando que es muy difícil comer sano, porque paso el día fuera trabajando, porque estoy mucho rato sentada, y seguirá siendo difícil porque esa es mi creencia.
3. La atención. Esta es una gran herramienta. Muy poderosa. ¿Sabes que donde va tu atención va tu energía? Pues así es. Y te lo puedo afirmar por propia experiencia. Pero, pruebalo tú.
Cuando volví a hacer deporte es un ejemplo. Tras años de sólo ocuparme de otros y de la “resaca” que dejó la pandemia COVID. Me afectó tanto a nivel laboral ,como en mi propia vida personal ,totalmente caótica o así la percibía yo. Para mi el deporte es una bendición. Durante un tiempo lo veía un engorro, que pesadez, luego he de lavarme el cabello, no tengo tiempo….
Pero, ¿sabes que es una gran herramienta para liberar estrés, generar dopamina y endorfinas? Son hormonas de bienestar.
Y, sabes que la microbiota intestinal, cuida de que baje la inflamación del intestino y por tanto la inflamación del cuerpo? Y , ¿sabes que esta microbiota mejora con el deporte?
4.Aprendizaje: Cuanto más aprendo, más cuenta me doy de todo el mundo que hay aún por aprender, por experimentar. Así es la vida. Puro aprendizaje.
5.Repetición. Cuando estudié medicina adquirí muchos conocimientos. Sin embargo, después de un duro examen para obtener una plaza y especializarme, conseguí entrar en un gran hospital. Allí me di cuenta de lo poco que sabía. Tenía que aprender a ponerle práctica a los conocimientos teóricos, y fue por repetición. Al final la repetición crea un hábito
Con el tiempo, han sido más cosas, como adaptarse a la tecnología, tan rápida y cambiante. A las conferencias on-line con cualquier lugar del mundo.
La mentalidad fuerte es lo que ayuda a superar y lidiar con las dificultades del camino
Cree en ti. Tú puedes